Una vez más entramos en la recta final del año, y aunque seguimos en tiempos cambiantes (ha hecho aparición Omicron), en athax somo optimistas en cuanto a la evolución de la pandemia (al tiempo que escribíamos en el blog hemos cogido al azar un día de finales de noviembre, lo hemos comparado con el mismo día del año pasado y el número de fallecidos en España por Covid se ha reducido un 93%; 512 vs 32).

¡Ánimo!, paciencia y actitud positiva, a pesar de que hay momentos que nos encontramos con algún revés que dificulta algo las cosas.

En estas fechas, a las puertas de empezar un nuevo año, empiezan a embargarnos ilusiones y proyectos, nos proponemos hacer cambios en nuestras vidas, en el trabajo.

Imaginemos por un momento en ese importante plan de formación, de comunicación, o, en esa reunión de ventas clave que hay que poner en escena próximamente en nuestra empresa.

De entrada, empezamos ilusionados a pensar que nos gustaría aportar valor, pero que fuera diferente a los formatos que se han llevado a cabo en otras ocasiones. Nos vamos preguntando … ¿Por qué quiero cambiar el modelo de reunión? ¿Qué quiero conseguir?, … son nuestros porqués (¡nuestros sueños!), que nos dan esa energía e ilusión para luchar y trabajar por aquello que deseamos. Y empezamos a visualizar donde queremos llegar ….

“Queremos crear una experiencia de valor y que impacte en la gente. Conseguir un entorno donde se respire una verdadera conexión entre todos los participantes, que fluyan los conocimientos, que no se queden guardados y vuelvan por donde han venido como en muchas otras ocasiones. En definitiva; queremos una reunión donde todos aprendan haciendo (Learning by doing)”.

Comenzamos a pensar, y a darle forma a nuestro evento, pero …. aparece algo que nos frena, empiezan nuestras dudas y creencias con las que siempre interpretamos lo que nos pasa.

Por un momento tenemos un lapsus y dudamos en seguir con nuestra idea, pero… continuamos en el intento y seguimos adelante. Buscamos un poco de refuerzo y apoyo, lo comentamos con algun@s compañer@s y … en ese momento se convierten en ladrones de sueños; ¡Ni se te ocurra!, ¡Eso que propones es muy difícil!, ¡Es mejor que no lo intentes, haz lo que siempre se ha hecho!, ¡Déjalo, no merece la pena! ¡Te vas a decepcionar, ya verás!, ….

Es ahora cuando entra en escena el ¡miedo!, que nos hace olvidar todo aquello que queremos (¡nuestros sueños!), la energía inicial que teníamos desaparece, nos paramos y volvemos una vez más a nuestra “zona de confort”.

¿Cuántas veces el miedo nos ha impedido hacer eso que queríamos hacer?

Vivimos muy preocupados por el futuro, tenemos miedo al mañana y nos embargan las dudas, todo ello no hace más que destruir el hoy… ¡dejamos de vivir y disfrutar del presente!, que es lo único que realmente tenemos y podemos manejar.

Si queremos superarnos, tenemos que afrontar nuestros miedos, asumir un compromiso con nosotros mismos, y tomar una decisión (¡tarea para nada fácil!). Son los pensamientos y creencias, los encargados de que afloren nuestros sentimientos y emociones, que van a condicionar la precepción que tenemos de las cosas; creando nuestra realidad. Pero cuando nos proponemos algún cambio, enseguida viene dando voces Don Ego y las excusas, para coger nuevamente las riendas de nuestras vidas como si realmente fuéramos conscientes y volvemos a la casilla de salida.

Esto no tiene por qué ser siempre así, todo cambio está en nuestras manos, con independencia de las creencias que tengamos… siempre tenemos la oportunidad de poder cambiar.

¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de lo que hemos dejado de hacer?

Nuestro pasado no tiene que determinar nuestro futuro…busquemos un nuevo enfoque a la vida, nuevos pensamientos y… ¡apostemos por el cambio!

¡Pero ojo!, para alcanzar aquello que realmente queremos, no nos tiene que sorprender, si muchas de las decisiones que hay que tomar tienen que ver con aquello que estamos evitando.

Entonces, hagamos un alto en el camino … ¡Siéntate y siéntete! (como diría Dokushô Villalba)

Cuando emprendemos un nuevo camino la vida nos pone a prueba, y como no… ¡aparecen los obstáculos!, muchas veces grandes muros, porque en la mayoría de las ocasiones nos vamos a enfrentar al mayor enemigo que existe… ¡nosotros mismos!

Así pues, volvamos a esa próxima reunión que va a ser fantástica y diferente.

En primer lugar, distanciémonos de aquell@s a nuestro alrededor que siempre se están quejando. Busquemos como modelos a esas personas que ha llegado ya donde nosotros queremos llegar e ¡imitémosle!

Utilicemos herramientas que faciliten ese cambio en la próxima reunión, que aporten valor de una manera diferente a lo que estamos acostumbrados, como por ejemplo la gamificación.

¿Qué valor aporta poder jugar en tu próxima reunión?

Gracias a las reglas de los juegos se crea un contexto en el que todo el mundo está en igualdad de condiciones, esto reduce los miedos, y de este modo conseguimos conectar, dirigir y motivar mejor a las personas.

Jugando nos desgastamos menos, porque jugar es accesible para todos y engancha. Además, es ameno, divertido y fomenta la participación. Mientras jugamos, de manera rápida y sencilla, casi sin esfuerzo y sin apenas darnos cuenta, adquirimos conocimientos y habilidades.

Mientras jugamos, somos los auténticos protagonistas del momento. Se crea entorno emocional positivo que permite fortalecer las relaciones entre empleados y compañía; engagement. Cuando estamos jugando dejamos a un lado, mucho más fácilmente cualquier actitud pasiva.

Y si no, basta con recordar cuando éramos niñ@s … ¡Jugar! era nuestro mejor quitamiedos. El que ahora seamos jóvenes con experiencia (¡mayores nunca!,¿verdad?) … ¡no implica que las reglas de juego hayan cambiado!

Cuando tomamos la decisión de cambiar, de hacer las cosas de manera diferente, nuestros pensamientos y emociones van mejorando, y con ello nuestra actitud y expectativas … además, aumenta nuestra creatividad. Nos encontramos mejor con nosotros mismos y todo a nuestro alrededor también empieza a estar mejor.

Si estás dispuesto a afrontar un nuevo reto (¡no hay nada que perder y todo que ganar!) en tu próxima reunión donde la Gamificación tenga un hueco, nosotros estaremos encantados de ver cómo te podemos ayudar a crear tu nueva historia… tu nueva realidad.

Hasta entonces… ¡Ánimo! y ¡Cuídate!

Equipo athax

 

«Teóricamente somos el ser racional por excelencia y, sin embargo, somos la especie más emocional» E. Punset.

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