¡¡Ya está aquí el espíritu navideño!!
Optimismo y esperanza resuenan con más fuerza que en otras épocas del año. Generosidad, solidaridad y paz, son valores que se apoderan de nosotros.
Nos saltamos la dieta y embriagamos de una mayor cercanía con la familia y amigos. Por unos días somos duendecillos cargados de regalos.
Nuestras emociones y sentimientos ponen nuevamente el foco en algo que siempre anhelamos… en busca de la felicidad.
Pero estamos tan ansiosos del futuro que no disfrutamos del presente. Nos engañamos pensando pocas veces en lo que tenemos, y mucho en lo que nos falta.
La felicidad no es algo que venga empaquetado a modo de regalo. Viene de nuestras propias acciones, porque… no es lo que nos pasa lo que determina lo lejos que llegaremos en la vida, sino la forma en interpretar y manejamos lo que nos pasa.
Tomamos diferentes caminos tratando de encontrarla, y el hecho de que no todos estemos en el mismo camino, no significa que los demás se hayan perdido. Y a pesar de que no siempre podemos evitar situaciones difíciles en el camino, lo que, si es cierto, que cuando tenemos un porque para vivir nos podemos enfrentar a todos los cómo.
Durante la travesía esperemos lo mejor, preparémonos para lo peor. Saquemos provecho de lo que viene (muchas veces lo que viene conviene, porque el “fracaso” nos enseña algo que necesitábamos aprender), y seamos felices si tenemos que desviarnos de senda para alcanzar nuestra ansiada meta, pero no cambiemos nunca los valores humanos y nuestra decisión de llegar allí.
Es nuestra actitud, no la aptitud, la que determinara nuestra altitud.
La vida es como un espejo, si sonrío el espejo me devuelve la sonrisa. Y si tenemos en cuenta que solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada: Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el día correcto para amar, creer, hacer y sobre todo vivir.
¡Feliz Navidad!, y estupenda travesía para el 2022.
Equipo athax
«La Navidad no es una fecha… Es un estado de la mente» Mary Ellen Chase