Los hábitos que hemos ido aprendiendo nos llevan sin darnos cuenta, inconscientemente a actuar siempre en una misma dirección y conformamos con el muchas veces oído statu quo.

Este statu quo en el que nos encontramos la mayoría de los días, curiosamente merma nuestros niveles de energía, y nos lleva muchas veces al estrés, momento en el que … ¡Ya no nos quedan ganas ni tiempo para la imaginación!

Para que no nos invada el estrés, debemos hacer un alto en el camino para pensar sobre cuales son nuestros valores, y si en verdad, estamos actuando en base a ellos, si estamos siendo coherentes con nosotros mismos.

Pero los valores no es algo que baste con escribirlos en un papel y … zasca, ¡ya los tenemos!, no somos superhéroes que nazcamos con ellos, sino que van definiendo nuestra manera de vivir, y hay que entrenarlos, solo de esta forma podremos salir del statu quo.

En el mundo corporativo también existen valores, las empresas tienen identificados aquellos que quieren integrar y cultivar entre sus empleados.

Es imposible por nuestra parte de definir aquí los valores propios de cada una de las empresas que existen, pero, sin embargo, de lo que, si somos capaces, es mostrar siete valores que se cultivan a través de la Gamificación, y con los que todas las empresas les gusta sentirse identificados.

Alegría cuando jugamos experimentamos un sentimiento profundo de diversión y gozo.

Mientras jugamos mantenemos un Compromiso permanente y muchas veces inagotable por alcanzar unos objetivos (jugando es más difícil tirar la toalla, casi siempre tratamos de agotar todas las posibilidades). Gracias a ese compromiso nos mantenemos centrados en lo que queremos conseguir y nos olvidamos de nuestras inercias (statu quo). Además, a través del juego, no es fácil que haga aparición esa pereza que nos aflora cuando tenemos que afrontar algo nuevo, porque jugando nos olvidamos de la incertidumbre.

Es más, incluso aun no habiendo tenido éxito en la prueba o reto que nos ha tocado, el compromiso nos empuja para volvernos a levantar una vez más de las que nos caemos.

El juego invita a la Reflexión y ver más allá de las apariencias, nos permite comprender mejor las cosas que el simple saber (conocimiento).

Gamificación y Creatividad van estrechamente de la mano. Jugando surge en nosotros esa capacidad de ver más allá de los límites que se consideran sensatos y los únicos posibles, y empezamos hacer realidad esa idea que inicialmente estaba en nuestra mente.

A lo largo de la partida, mientras jugamos, la Autoconfianza crece (¡queremos ganar!) y lo que en otros entornos pudiera ser un obstáculo (p. ej. un role play de ventas) lo vemos como una oportunidad y algo posible.

El juego potencia nuestra curiosidad y la fascinación, como cando éramos niños. Además, jugando, admitimos mejor nuestros errores, lo solemos hacer con menos rigidez y agresividad que en otros entornos.

Jugar nos ayuda a explorar nuevas formas de ver la realidad, nos permite escuchar y descubrir la manera que otros tienen de valorar las cosas, y aceptamos deportivamente su buen hacer, aflora esa Humildad que nunca debemos perder.

Los juegos en equipo nos hacen sentir que nos estamos solos, que somos apreciados y respetados, son una bonita herramienta para potenciar la Amistad.

Los valores son importantes porque nos afectan tanto a lo que hacemos como a lo que somos. Por eso es bueno buscar momentos para fortalecerlos.

¿Te animas a potenciar tus valores jugando?

Equipo athax

Cualquier cosa que cambie tus valores cambiará tu comportamiento”. (George Sheehan)

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